El maltrato emocional es la forma de violencia a niños y adolescentes con mayores registros con un 50 % de los casos, seguido por el abuso sexual con 22 %, maltrato físico con 16 % y negligencia 12 %, según datos correspondientes a 2014, año en que el total de las denuncias alcanzó a 1728. Autoridades de Salud Pública e INAU enfatizaron que reforzar el trabajo interinstitucional es clave para el abordaje.
El Sistema Integral de Protección de la Infancia y Adolescencia contra la Violencia atendió 1.728 casos en 2014 según datos divulgados este jueves en el I Encuentro Nacional de Comités de Recepción, con la presencia de 70 técnicos de todo el país. Se dispone de información completa en 1.323 registros, el 77 % del total, lo que hace pasible de ser analizada en mayor profundidad.
En cuanto a la discriminación por sexos, el informe indica que 54 % correspondieron a niñas y adolescentes mujeres y 46 % a niños y adolescentes varones.
A su vez, el 47 % de los casos es padecido por víctimas de entre 6 a 12 años, 30 % en la franja etaria de 13 a 17, 9 % de 0 a 3, 10 % entre 4 y 5 años y 4 % corresponde a 18 a más años de edad.
El maltrato emocional es la forma de violencia con mayores registros, con uno de cada dos casos registrados, seguido por el abuso sexual con 22 %, maltrato físico con 16 % y negligencia 12 %.
En la apertura del encuentro, la subsecretaria del Ministerio de Salud Pública, Cristina Lustemberg, aseveró que la temática “duele mucho” cuando se observan informes y estudios que abordan la complejidad y vulnerabilidad que viven niños, niñas, adolescentes como así también mujeres y otros integrantes del hogar.
“Es un tema que desafía al sistema de salud y a la sociedad porque no hace otra cosa más que expresar una deuda histórica que se tiene con la parte afectada que atraviesa a todos los sectores socioeconómicos, y además, remueve un contenido doloroso e hipócrita que tenemos en la democracia”, asumió.
En ese sentido, detalló que la cartera ministerial acentuó el trabajo con los directores departamentales para que se comprometieran institucionalmente con el abordaje, algo que debe ser acompañado con el fortalecimiento de la crianza y el trabajo familiar en su conjunto. “Todo caso que afecte la vulnerabilidad de los derechos de los niños se toma como violencia, ya sea una palmada o un grito”, dijo la jerarca.
Por su parte, la presidenta del Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU), Marisa Lindner, afirmó la voluntad política a favor de priorizar la temática. Según valoró, los esfuerzos para reorientar y destinar recursos presupuestales, junto a los “necesarios cambios” en las culturas institucionales son puntos que deben acompañar el proceso de mejora en el abordaje.
“Los temas de violencia son de larga data, pero relativamente nuevos en la política pública. Es un proceso de acumulación donde ha medida que se va develando una realidad que demuestra las dimensiones de un problema oculto. Por lo que cada vez más los técnicos conocen el drama que impacta en cientos de niños requiriendo un abordaje institucional de parte de cada operador del sistema”, enfatizó.
En ese sentido, advirtió que el problema “no puede ser pensado que lo tiene que resolver otro” porque la circularidad de las responsabilidades es en conjunto, aspecto en el cual afirmó, “falta mucho por parte de todas las instituciones para otorgar garantías al afectado y al funcionario que trabaja con las personas”.
Lindner opinó que en 2015 el número de casos registros “podrá aumentar” pero que aún no se cuenta con cifras oficiales disponibles